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LA HISTORIA DE FENIA CHERTKOFF: PIONERA DEL FEMINISMO Y LA EDUCACIÓN SOCIALISTA

La docente e historiadora repasó el rol fundamental de las mujeres pioneras, como Fenia ChertkofF, en la lucha por los derechos sociales y la transformación de la Argentina.

En una entrevista exclusiva con Mañana Fantástica, la historiadora y docente Fernanda Gil Lozano analizó los orígenes del movimiento feminista en Argentina y su vínculo con los procesos de modernización del país a comienzos del siglo XX. Según Gil Lozano, estas primeras luchas feministas estuvieron estrechamente relacionadas con las transformaciones sociales y económicas que impulsaron la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Dentro de este contexto, la docente resaltó la figura de Fenia Chertkoff, una destacada maestra jardinera y socialista, pionera en la defensa de los derechos de la mujer y en la promoción de la educación social. Chertkoft fue una de las primeras en visibilizar la necesidad de integrar la perspectiva de género en los procesos educativos y sociales, contribuyendo a sentar las bases del feminismo en el país.

Gil Lozano explicó que no solo fue una educadora comprometida, sino también una activista que vinculó su labor pedagógica con la lucha política socialista, marcando un camino para futuras generaciones de mujeres que buscaban igualdad y justicia social.

La historiadora concluyó que entender el papel de mujeres como Chertkoft es esencial para comprender la evolución del feminismo argentino y su impacto en la modernización del país.

La historia de Fenia Chertkoff

Fenia nació en 1869 en la ciudad de Odessa, un puerto importante a orillas del Mar Negro. Esta ciudad, famosa por su historia y su cultura, fue el escenario de sus primeros años. Fenia se recibió de maestra rápidamente y estudió en las escuelas de las Tarinas, desarrollando también un fuerte interés por las artes, como el teatro y el ballet.

Desde muy joven, a los 18 años, comenzó su militancia política defendiendo a la comunidad judía a la que pertenecía. En ese contexto, enfrentaba persecuciones de los cosacos rusos, quienes vigilaban y reprimían cualquier actividad contraria al régimen.

Su vida estuvo marcada por tragedias personales. Su gran amor, Gabriel Bukowski, murió de tuberculosis, y luego de tener a su única hija, Victoria, Fenia se trasladó a Argentina tras la muerte de su esposo y el terrible destino de su cuñada, quien fue capturada y llevada a Siberia, donde sufrió violencia y finalmente se suicidó. Estas experiencias traumáticas la llevaron a dejar Europa y comenzar una nueva vida en nuestro país.

Entre 1895 y 1896, Fernia llegó a Argentina como viuda, con 24 años y su hija pequeña. Se establecieron en la Colonia Clara, en Entre Ríos, una comunidad agrícola conocida por ser escenario de relatos tradicionales argentinos. A pesar de su refinada formación artística y cultural, no se sentía en sintonía con la vida rural y las tareas agrícolas que le tocaban, pero supo adaptarse y aportar desde sus conocimientos.

Fenia impulsó la creación de bibliotecas y continuó con sus estudios, destacándose especialmente en la traducción de ruso al español y viceversa, comunicándose con comunidades judías y manteniendo un activo intercambio cultural. Intentó incluso completar su formación en Suiza, pero fue vetada.

Finalizó su especialización en pedagogía con el método de Friedrich Fröbel, un innovador sistema educativo basado en la observación de la naturaleza y en la experiencia práctica, casi un antecedente de la educación ecológica actual. Este método fue fundamental para su labor en las colonias agrícolas, donde enseñaba a niños inmigrantes que hablaban otros idiomas en sus hogares, facilitando así su integración.

Posteriormente,  viajó a Buenos Aires y se vinculó con el Partido Socialista, donde mantuvo una relación cercana con Nicolás Repetto y junto a sus hermanas, quienes también estaban activas en la lucha social, trabajó por los derechos de las mujeres y los sectores populares.

Uno de sus aportes más importantes fue presentado en el V Congreso del Partido Socialista, a principios del siglo XX, alrededor de 1903. Allí propuso la creación de un centro para la igualdad de ambos sexos, abogando por la igualdad de derechos para hijos legítimos e ilegítimos, la ley de divorcio y la investigación de la paternidad, temas revolucionarios para su época.

Estas propuestas adelantaron luchas sociales que años más tarde continuaría Eva Perón, pero Fenia fue pionera en abrir esos caminos durante una época en que estas ideas eran consideradas radicales.

Fenia Chertkoff fue una figura clave en la vanguardia de los derechos laborales, logrando importantes conquistas para las trabajadoras de su época. Entre sus aportes destaca la lucha por el descanso dominical para las trabajadoras sombrereras, un sector que, como muchas otras mujeres de la clase obrera telefonistas, tejedoras, alpargateras—, enfrentaba condiciones laborales muy duras. Además, Chertkoft impulsó mejoras para las empleadas de comercio, como la llamada “ley de la silla”, que garantizaba el derecho a sentarse durante la jornada laboral, un privilegio que les era negado. Estas reivindicaciones, que hoy pueden parecer superadas, fueron resultado de largas y arduas peleas. Las primeras leyes laborales para la clase obrera, vinculadas con el socialismo, se centraron justamente en la instauración del descanso dominical y la regulación del trabajo infantil, marcando hitos fundamentales en la historia laboral argentina.