En La Hora de las Mascotas, la petsitter Vivi Villalba compartió detalles sobre su trabajo y explicó por qué cada vez más tutores recurren al cuidado a domicilio como alternativa cuando se van de vacaciones. Villalba viene de numerosos servicios y, según explicó, su labor se basa en ofrecer “paseos con confianza y diversión, peluquería canina y cuidados a domicilio, respetando las rutinas y necesidades de cada animal”.

El tema cobró relevancia en el contexto de las vacaciones. Muchas familias se preguntan si conviene o no llevar a sus mascotas a destinos lejanos, especialmente cuando se trata de animales mayores o con problemas sensoriales.
“Se complica sacar de su zona de confort a perritos o gatitos que tienen movilidad reducida, dificultades visuales o auditivas”, señaló. “Hay que evaluar si vale la pena someterlos al estrés del viaje, si el lugar es apto para ellos y también si no va a limitar las vacaciones de sus tutores”.
Frente a esta situación surge una alternativa: ¿con quién dejar a la mascota?
“Allí entra el servicio de cuidado a domicilio”, explicó Villalba. “No los saco a la masocta de su zona de confort. Se quedan con su cucha, su comida y sus medicamentos. Es algo muy novedoso en Santiago del Estero, aunque en provincias como Córdoba, Buenos Aires o Rosario ya está muy instalado”.
Sobre cómo trabaja, describió un proceso claro:
“Primero me contactan por redes (@amigosfelices.sgo) o WhatsApp y hacemos una visita previa. Es fundamental vernos cara a cara. Conozco al tutor, a la mascota, el espacio donde vive y su rutina. A partir de eso acordamos lo más conveniente: visitas diarias, permanencia de 24 horas, quedarse a dormir, o solo pasar a alimentarlo y pasearlo”.
El servicio no tiene límite de edad: incluye desde cachorros hasta animales geriátricos con problemas crónicos.
“No solo hago lo básico comida, paseo o juegos, también me ocupo de medicaciones, turnos veterinarios o llevarlos a la peluquería cuando el tutor no puede”.
La petsitter destacó además que su rol no es solo ejecutar tareas, sino observar señales de salud:
“Si veo diarrea, vómitos o cambios de ánimo, aviso inmediatamente. Tengo clientes a los que les paso un parte diario: cómo comió, si tomó la medicación, cómo se sintió. Es un acompañamiento constante, sobre todo en animales mayores”.
Consultada sobre la logística de su trabajo, aclaró que lo hace sola.
“Soy la única. Me organizo estrictamente porque además soy mamá. Tengo paseos programados temprano por el calor, turnos de peluquería y visitas distribuidas en el día. Todo requiere coordinación”.
Villalba también interviene cuando los tutores dudan entre llevar o no a su mascota de viaje.
“Puedo asesorar. A veces probamos un fin de semana para ver cómo se comporta conmigo. Otras veces recomiendo que se queden en casa si veo que el animal se estresa demasiado. La visita previa es clave para evaluar la química entre la mascota, el tutor y conmigo”.