En su columna semanal, Enrique Hisse planteó un debate sobre el problema que conlleva la información en la actualidad y cómo esta crea un mundo alternativo, una especie de realidad construida.
Hoy en día, los medios de comunicación buscan captar nuestra atención o nuestras emociones. Las plataformas recopilan y almacenan información, que, al ser retransmitida, da lugar a lo que conocemos como algoritmos. Estos algoritmos permiten que la información se repita y se adapte según las tendencias de cada individuo.
El algoritmo de las redes sociales retroalimenta un mundo que ofrece una versión parcial de la realidad, basada únicamente en lo que consumimos. Actualmente, existe una “guerra” por imponer cuál es la versión más objetiva de los mundos que cada persona explora. De alguna manera, se ha perdido la unidad de los mundos; lo que tenemos ahora es una fragmentación en la que diferentes versiones compiten por imponerse.
“Hoy en día, la impugnación y el odio se canalizan como una forma de captar la atención. Existe una lucha entre dos mundos que pelean por imponer su visión, cada uno defendiendo su propia ‘verdad’.”
Al perderse ciertos signos de certeza científica y argumentación lógica, se apela a la expresión personal: “Esto es lo que yo creo”, abriendo un debate desde la creencia individual. Así, se convierte en una lucha de “dioses”, cada uno defendiendo su versión de la realidad”, concluyó.