En una entrevista para el programa “Mañana Fantástica”, David Díaz, veterano de guerra, destacó la importancia de la fecha y recordó a los argentinos que perdieron la vida en batalla, al cumplirse 42 años de la rendición argentina en Malvinas.
El conflicto comenzó el 2 de abril de 1982, cuando las Fuerzas Armadas Argentinas desembarcaron en las islas para recuperar el territorio, usurpado por las fuerzas británicas desde 1833.
Después de 74 días de combate, el gobernador militar de las Islas Malvinas, Mario Benjamín Menéndez, firmó la rendición argentina ante el general inglés Jeremy Moore. En el documento, firmado el 14 de junio de 1982, se acordó que la ceremonia de rendición sería privada y que las fuerzas argentinas conservarían sus banderas.
El documento de rendición consignaba: “Yo, el abajo firmante, comandante de todas las fuerzas argentinas de las Islas Falklands, me rindo al general Moore como representante del Gobierno de Su Majestad británica. Bajo los términos de esta rendición, el personal argentino de las islas debe mantenerse en los puntos designados por el general Moore y debe entregar sus armas, municiones o cualquier otro equipo según ordene el general Moore. Tras la rendición, todo el personal de las Fuerzas Argentinas será tratado con honor, de acuerdo con las condiciones de la Convención de Ginebra de 1949”.
La guerra provocó la muerte de 649 soldados argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños. Según asociaciones de excombatientes, al menos otros 300 soldados argentinos se suicidaron en las últimas cuatro décadas, mientras que 1.200 resultaron heridos en el conflicto bélico.
Desde entonces, la República Argentina mantiene su reclamo ante el Reino Unido para encontrar una solución pacífica a la disputa de soberanía.
En ese sentido, el presidente del Centro de Excombatientes de Malvinas de Santiago del Estero y representante de la región Norte de la Comisión Nacional de Excombatientes de Malvinas (CNEM) del Ministerio del Interior, David Díaz, describió este momento no solo como una rendición, sino como el día de mayor resistencia. “Los veteranos de Malvinas tuvimos dos guerras: el combate en las islas y la desmalvinización, con la cual seguimos luchando. Somos parte de la historia argentina, de la cual nos sentimos orgullosos todos los días. Los recuerdos están permanentes, es algo que no se olvida”.
Asimismo, relató que el último combate que tuvo junto a su unidad fue el 29 de mayo y que, tras este evento, fueron tomados prisioneros por los ingleses, primero en Darwin y luego trasladados a San Carlos, desembarcando finalmente en Uruguay. “En ese momento, con 18 años de edad, no era consciente de la situación y vivíamos el minuto a minuto y el día a día. Sin embargo, la incertidumbre de no saber cuál sería tu destino generaba mucha ansiedad, porque podía ocurrir cualquier cosa”.
Además, agregó: “La motivación, el impulso y dejarlo todo es el patriotismo que nos representa y que siempre seguiremos sintiendo a flor de piel en nuestra sangre. Decir que uno estuvo en Malvinas y no tuvo miedo es una mentira. El miedo es lo que te lleva a hacer cosas increíbles; te hace reaccionar de una manera inesperada y te hace sacar fuerzas de donde no tienes para ayudar a un compañero herido”.
Seguidamente, señaló que el regreso después de la guerra es algo que no se asimila ni se olvida; se aprende a sobrellevar. “La base fundamental es la familia. Hoy, con más de 60 años de edad, aún tengo esos arranques de nostalgia y emoción que uno aprende a sobrellevar, y Malvinas nos une a todos los compañeros. Es una satisfacción que el pueblo reconozca nuestra labor y lucha, y que no se olviden de los héroes que dieron la vida por nuestro patría. Nosotros, los veteranos de guerra, tenemos la misión de hacer que estos héroes nunca sean olvidados”, completó.
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