PREVENCIÓN DEL SUICIDIO: UN LLAMADO A LA REFELXIÓN Y A LA ACCIÓN

Durante el programa “Mañana Fantástica”, Eugenia Cisneros y Valentín Fares, estudiantes de Trabajo Social en el Instituto San Martín de Porres de Santiago del Estero, compartieron detalles sobre sus actividades en torno a la prevención del suicidio.

Ante una problemática que afecta a toda la sociedad, definieron el suicidio como el acto deliberado de quitarse la vida de forma intencionada. También presentaron cifras alarmantes: aproximadamente 700,000 suicidios ocurren anualmente a nivel mundial, de los cuales el 73% tiene lugar en países de ingresos medios y bajos. En la franja etaria de 15 a 29 años, el suicidio es la tercera causa de muerte. En América, se registran alrededor de 90,000 suicidios al año, siendo el 79% de ellos en hombres. Además, entre los 23 y 24 años, esta problemática también ocupa el tercer lugar en causas de muerte.

“La adolescencia y el suicidio están estrechamente relacionados. Un psicólogo estadounidense mencionó que una combinación de factores como pérdidas, conflictos, realización personal, sentido de pertenencia y la percepción del amor propio puede resultar en un estado de desesperanza que, en casos extremos, lleve al suicidio”, expresó Fares.

Por otro lado, los estudiantes destacaron que existen numerosos mitos en torno al suicidio, como la idea de que “quien realmente quiere morir no avisa”. En realidad, quienes están en esta situación suelen manifestar señales de auxilio. Otro mito es que “los niños y adolescentes no se suicidan”, lo cual es falso; un problema que parece menor, como un amor no correspondido, puede convertirse en una carga emocional abrumadora en esta etapa de la vida.

“El suicidio es un desafío arraigado en nuestra sociedad, lo que hace fundamental generar espacios de reflexión y contención. Es esencial estar atentos a factores de advertencia, como la ansiedad, la falta de sueño y expresiones como “estoy cansado de la vida”, para poder actuar y prevenir el suicidio”, sostuvieron.

En estas circunstancias, el diálogo es crucial. Permitir que las personas expresen sus emociones e inquietudes sin juicio, y observar su rutina para identificar situaciones de malestar, es vital. Empatizar y acompañar a quienes atraviesan momentos difíciles puede marcar una diferencia significativa.

Los estudiantes abordan esta problemática de manera interdisciplinaria desde el Trabajo Social, enfocándose en la mediación y en la protección de derechos. Las leyes que respaldan este enfoque incluyen la Ley de Salud Mental (Ley 26.657) también mencionaron la Ley de Trabajo Social (Ley 27.072). A través de acciones socioeducativas, como talleres y charlas, buscan promover la conciencia sobre esta problemática y ofrecer apoyo a quienes lo necesitan.

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