En diálogo con Mañana Fantástica, el músico santiagueño Luciano Guzmán compartió los detalles y emociones que atraviesan su primera producción discográfica titulada “Raíz de Pueblo”. Un álbum que no solo refleja su crecimiento artístico, sino también un largo camino recorrido lleno de esfuerzo, raíces y emociones profundas.
El proyecto nació en 2017, año en el que Guzmán atravesaba un momento de transición: dejaba la secundaria y comenzaba sus estudios terciarios en Tucumán. A partir de allí, comenzó a construir su disco entre viajes, estudios y sacrificios económicos. “Todo lo que ganaba con mi música lo destinaba a mantenerme allá”, contó sobre sus años como estudiante y artista independiente.
“Raíz de Pueblo” es el fruto de ocho años de trabajo, donde cada tema fue cuidadosamente elegido y modificado para conformar una obra con sentido y cronología. El disco, disponible en plataformas digitales, contiene once canciones —doce en total, contando un enganchado final de gatos y conjuga composiciones propias e interpretaciones significativas.
La obra abre con “Mi Tata Pepe”, una zamba instrumental que Guzmán dedicó a un tío abuelo fallecido. Luego aparece “El Churito”, un gato de El Mono Díaz, con el que participó y ganó el certamen Pre baradero en 2017 como solista instrumental, una experiencia que marcó un antes y un después en su carrera.
El título del disco proviene de una chacarera homónima compuesta junto a TacKo Juárez. Para Luciano, ese nombre resume su vínculo emocional con su tierra natal, su gente y sus paisajes. “Siempre me generó un cosquilleo volver a casa. Raíz de Pueblo es eso: una regresión a las raíces, a lo más profundo de uno mismo”.
“Me crié escuchando a Orellana Lucca, Horacio y Coco Banegas, la Sacha Guitarra… quise hacer una especie de resumen de todas esas influencias en un solo trabajo”, explicó.
Con su violín como compañero inseparable, Luciano Guzmán continúa caminando la senda del folclore, llevando consigo la historia, los sonidos y los paisajes de su Santiago del Estero natal. Raíz de Pueblo no solo es un disco: es el testimonio sonoro de una vida enraizada en la música.