La resolución que mantuvo congeladas en el último tramo del año las dietas de los senadores venció el 31 de diciembre de 2024.
La vicepresidenta, a cargo de la titularidad del Senado, no prorrogó la suspensión. Por lo tanto, a partir de enero los senadores van a cobrar unos 9,5 millones de pesos en promedio, dependiendo de algunas otras cuestiones.
“La decisión de prorrogarlo es del cuerpo y no corresponde a la presidenta”, indicaron cerca de Villarruel, aclarando que ella no tiene facultades para sostener la suspensión. Para lograrlo, se deberían reunir en sesión todos los senadores y votarlo, tal como lo hicieron oportunamente.
Según indicaron fuentes parlamentarias, Villarruel se comunicó con los distintos bloques para intentar sesionar hacia fin de 2024, pero no tuvo el apoyo de los senadores. Especialmente -indican con malicia- de los representantes de Unión por la Patria.
Tanto los senadores libertarios como los de la UCR se mostraron a favor de sostener la suspensión del aumento.
La bancada radical escribió: “Es lamentable cómo se manipula y se desinforma respecto a este tema, utilizando como instrumento de desprestigio, ante uno de los poderes públicos de la Nación que son fundamentales para la consolidación de la democracia e indispensables para el control de los abusos que hemos vivido ya en otros momentos de la historia”.
Por otro lado, tanto los radicales como libertarios y el PRO plantearon que no quieren cobrar el aumento. El bloque libertario escribió por nota: “no percibir aumento alguno en las dietas de los senadores hasta que se trate este asunto durante las sesiones ordinarias del año 2025”.
En medio de las negociaciones, Villarruel propuso como alternativa firmar una resolución prorrogando la suspensión pero con el aval de todos los bloques. El aval no llegó.
¿Por qué el conflicto?
Los senadores votaron el 18 de abril de 2024 un aumento del más del doble en sus dietas, incluyendo un nuevo mecanismo de actualización.
“A partir del mes de mayo del presente año, los senadores nacionales percibirán un total de 13 dietas anuales. Cada una de las mismas será equivalente a 2.500 módulos más un adicional de 1.000 módulos por gastos de representación y 500 módulos de adicional por desarraigo”, decía el proyecto que aclaraba que el valor del módulo sería el “equivalente al que perciben los empleados legislativos”.
De ese modo los legisladores quedaban cobrando 7 millones de pesos, que ya entonces era mucho. Pero a mitad de año, cuando los gremios acordaron nuevos aumentos se vio que las dietas de los senadores se iban por las nubes. Pero eso el 22 de agosto se votó un proyecto firmado por los jefes de bloques para suspender los aumentos hasta el 31 de diciembre.
Vencida esa resolución, las dietas vuelven a estar enganchadas con la de los empleados del Congreso. En enero -que se cobra a principio de febrero- esas dietas oscilarían los 9,5 millones de pesos.