La castración de mascotas es un tema que genera dudas y controversias entre los propietarios de perros y gatos. Por eso, en una reciente entrevista con La Hora de las Mascotas, la Dra. Jimena Massi y el Dr. Mario Occhionero abordaron los mitos más frecuentes y explicaron los beneficios de esta práctica veterinaria.
Según los especialistas, la castración contribuye significativamente al control de la población animal en la ciudad y previene numerosos problemas de comportamiento. “Cuando una perra está en celo, las feromonas que emite pueden llegar a varios metros, lo que provoca escapes, peleas entre machos, accidentes de tránsito y marcaje territorial excesivo”, explicaron. Además, indicaron que esta práctica ayuda a contral la transmisión de enfermedades zoonóticas y parasitarias, así como los problemas genéticos heredados.
Los veterinarios también abordaron los mitos más comunes sobre la castración. Entre ellos, la creencia de que los animales se vuelven obesos. “Es falso. La dieta y el ejercicio siguen siendo clave; un animal castrado, con cuidados nutricionales adecuados, no necesariamente engorda”, aseguraron. Otro mito desmentido es que la castración genera dolor intenso o afecta la calidad de vida. “Con la medicación y el cuidado postquirúrgico apropiados, el animal no sufre. Incluso los cachorros pueden recuperarse y estar activos al día siguiente”, afirmaron. Además, rompieron otro mito sobre que la perra debe tener al menos un celo antes de ser castrada para que esté completa o saludable; es totalmente falso, cuanto más temprana es la castración (6 meses) se previenen enfermedades reproductivas futuras como tumores mamarios.
La idea de que castrar es “antinatural” también fue discutida. Los especialistas señalaron que las mascotas viven en un entorno domesticado, con alimentación balanceada y cuidados que ya rompen con la vida salvaje, por lo que la castración se inscribe en la tenencia responsable y la salud pública.
Otro mito frecuente es que los machos castrados dejan de proteger la casa. “Esto es completamente falso. La conducta protectora depende del vínculo emocional y la socialización con la familia, no de la capacidad sexual del animal”, aclararon.
Así también, la Dra. Massi y el Dr. Occhionero hicieron hincapié en los riesgos relacionados con la cirugía en animales con patologías previas. Recomendaron realizar un examen prequirúrgico completo, especialmente en animales mayores de ocho años, para asegurar que la intervención se realice bajo las condiciones más seguras.
“La castración no solo previene enfermedades y comportamientos problemáticos, sino que también forma parte de una tenencia responsable y del bienestar de la población animal en general”, indicaron los especialistas.
Tras repasar los mitos más comunes sobre la castración, los especialistas pasaron a responder dudas frecuentes de los propietarios. ¿Se puede castrar estando en celo la perra? si se trata de una mascota de interior con propietario se recomienda que pase la etapa de celo para luego realizar la operación. Sin embargo, en algunos casos son animales rescatados de la calle que están en celo (no se puede controlar), por ende la cirugía se realiza con precaución adicional, ya que el útero aumentado puede generar mayor sangrado. Aclararon que nunca se castra a una perra preñada debido a los riesgos asociados a la gestación y que, si la preñez es muy temprana y no se detecta a la palpación, lamentablemente se acude a una ovariohisterectomía. Para evitar sorpresas, recomiendan que los dueños consulten con el veterinario y, ante dudas sobre un posible embarazo, realicen una ecografía antes de programar la castración, asegurando así la seguridad y el bienestar del animal.
En el caso de perras que ya han parido, recomiendan esperar mínimo 30 días, idealmente entre 40 y 45 días, antes de realizar la cirugía. Este período permite que el útero vuelva a su estado normal y disminuye el riesgo de complicaciones durante la operación, dado que inmediatamente después del parto el tejido es muy frágil. Además, es importante que los cachorros hayan iniciado alimentación complementaria y reducido la lactancia, ya que los medicamentos y antibióticos administrados a la madre pueden pasar a la leche. Con estas precauciones, se asegura la seguridad y el bienestar tanto de la perra como de sus crías.
Por otro lado, aclararon que una perra castrada no volverá a ciclar ni a sangrar, salvo en casos muy poco comunes en los que quede tejido ovárico sin extraer. Esto desmiente el mito de que las hembras pueden continuar manifestando celo tras la castración. Respecto a la edad ideal para esterilizar, recomiendan hacerlo alrededor de los seis meses, preferiblemente antes del primer celo, para prevenir enfermedades reproductivas y asegurar una cirugía más segura. Así, los propietarios pueden tomar decisiones informadas sobre el cuidado y la salud de sus mascotas.
QUÉ PACIENTE NO CASTRAR
– menor 4 meses
– preñez avanzada
– desnutrición/obesidad
– enf grave no controlada