En diálogo con Mañana Fantástica, la Dra. Claudia Pallares y la especialista en Derecho de Familia y Violencia de Género, María Amelia Gómez, analizaron un tema que muchas veces permanece invisibilizado: la violencia alimentaria como una de las expresiones más crudas de la violencia económica.
“La violencia económica suele quedar oculta durante la convivencia, porque hay un pacto de roles: la mujer se dedica al cuidado de los hijos y el varón es el sostén económico de la familia. Pero cuando la pareja se separa, esta desigualdad sale a la luz”, explicó la Dra. Pallares. Según detalló, la mujer no sólo continúa a cargo del cuidado de los hijos, sino que además debe salir al campo laboral en condiciones de clara desventaja frente al varón, que ya tiene un recorrido económico consolidado.
Por su parte, la Dra. Gómez destacó que esta forma de violencia no se da exclusivamente en casos donde el hombre es el único proveedor: “Incluso en parejas donde la mujer trabaja, la violencia económica puede estar presente. Es más evidente después de la separación, pero también puede darse durante la convivencia”.
Un dato que alarma: según una encuesta realizada en 2020 en la provincia de Buenos Aires, 9 de cada 10 mujeres no reciben la cuota alimentaria suficiente para cubrir las necesidades básicas de sus hijos. Aún más preocupante, 7 de cada 10 no perciben la cuota alimentaria en absoluto. “La mayoría de los deudores son varones y la mayoría de las acreedoras son mujeres. Esto nos habla de una problemática estructural que debe ser visibilizada y atendida”, remarcó Gómez.
Ambas especialistas coinciden en que el incumplimiento de la cuota alimentaria no es sólo una falta legal, sino una forma de ejercer control y violencia sobre la mujer y sus hijos, afectando directamente su estabilidad económica y emocional.