En una entrevista para el programa “Mañana Fantástica”, Juan Seade, presidente de la Cámara de empresas deRadiotaxis de la Capital y compartió detalles la solicitud a las autoridades de ejercer un control sobre las aplicaciones de transporte de pasajeros.
En Santiago del Estero, el uso de aplicaciones móviles para solicitar autos o motos como medio de transporte crece día a día. La practicidad, la tarifa más conveniente y la posibilidad de conocer en tiempo real la ubicación del vehículo o del pasajero son algunas de las razones que explican su rápida aceptación.
Estas plataformas digitales han transformado la manera de moverse por la ciudad, desplazando en muchos casos al tradicional servicio de remises. Para muchos usuarios, la transparencia en el costo del viaje y la velocidad en la atención marcaron una diferencia difícil de ignorar.
Además, la posibilidad de que familiares sigan el recorrido del pasajero en tiempo real brinda un plus de seguridad muy valorado por la comunidad.
El presidente de la Cámara de Empresas de Radiotaxis de la Capital, Juan Seade, expresó con firmeza la profunda preocupación del sector frente al avance de los autos ilegales que operan a través de aplicaciones como Uber o Didi, calificando la situación como una “lucha feroz” que amenaza la continuidad de un servicio históricamente regulado y comprometido con la seguridad del usuario.
“Estamos en desigualdad total”, afirmó Seade, al denunciar la falta de controles municipales hacia estas plataformas que operan por fuera del marco legal. Señaló que presentaron una nota formal a la Intendencia exigiendo que se refuercen los controles y se exija a las aplicaciones ilegales el mismo cumplimiento que rige para los remises tradicionales.
“Nos piden cada mes un listado completo de los vehículos habilitados, nos exigen seguros especiales, verificación técnica vehicular y el pago de impuestos municipales y provinciales, mientras que a Uber no le piden absolutamente nada”, remarcó Seade.
Además, cuestionó el mecanismo de tarifas dinámicas de estas plataformas que pueden duplicarse en días de lluvia o alta demanda, algo prohibido para los remises, que podrían ser sancionados o incluso suspendidos si aplican aumentos arbitrarios. “Si tanto quieren que funcione Uber, entonces que no le pidan nada tampoco a los remises”, ironizó.
Otro punto crítico señalado por Seade es la falta de seguridad y control sobre los vehículos que operan a través de aplicaciones. “Se han dado casos en que se registra un auto y llega otro completamente distinto a buscar al pasajero. Nadie verifica nada”, advirtió, poniendo en evidencia los riesgos para los usuarios.
Además, destacó el rol social de los taxis, que muchas veces son los únicos en ingresar a zonas periféricas o de difícil acceso, incluso en horarios nocturnos donde las plataformas simplemente rechazan los viajes. “Somos los que sostenemos el sistema, pero hoy somos los más castigados”, lamentó.
Finalmente, alertó sobre las consecuencias de permitir que estas plataformas avancen sin control, en otras ciudades ya pasó. En Buenos Aires cerraron muchas remiserías y hay un 40% menos de taxis. “Uber primero te regala los viajes y cuando destruye el sistema, cobra lo que quiere”.
Para Seade, lo que está en juego no es solo la subsistencia del radiotaxi tradicional, sino la equidad, la seguridad y el futuro de un servicio público esencial.