Pedro “Pachi” Villarreal, artesano oriundo de Brea Pozo, lleva más de 30 años dedicando su vida a la cerámica artesanal. En una entrevista con el programa “El Interior Santiagueño”, compartió su historia, su pasión por la arcilla y el minucioso proceso que transforma la materia prima en piezas que honran la cultura santiagueña. Su trabajo, profundamente ligado a la tierra y la identidad ancestral, es un testimonio vivo del arte cerámico tradicional.
El reconocido y prestigioso artesano Pedro “Pachi” Villarreal, relató que su vínculo con la cerámica comenzó hace aproximadamente 30 años, cuando una simple curiosidad por las artesanías lo llevó a experimentar con la arcilla. Lo que empezó como un hobby se transformó en una pasión inquebrantable: “Una vez que empecé con la arcilla, no paré más. Es un mundo mágico por la simpleza, la docilidad y la humildad del material”, expresó.
Desde entonces, Pachi ha dedicado su vida a este oficio, perfeccionando técnicas y combinando arcillas en bruto provenientes de Villa Guasayán, Villa La Punta y otras zonas aledañas, con las de su región. Cada pieza que realiza está impregnada no solo de destreza artesanal, sino también de una profunda conexión con el entorno y la cultura originaria.
Proceso de elaboración:
1. Preparación de la arcilla
El proceso comienza con la recolección y selección de la arcilla, eliminando piedras, raíces y otros materiales orgánicos. Luego, se mezcla con agua y se tamiza varias veces, usando mallas de distintos grosores, hasta obtener una pasta homogénea, plástica y libre de impurezas.
2. Colado (solo en moldes)
Esta técnica se emplea para piezas realizadas con moldes de yeso. La arcilla líquida se vierte en el molde y se deja reposar para que se adhiera a sus paredes. Luego se retira el excedente, dejando una capa que al secarse toma la forma deseada.
3. Modelado
Para piezas modeladas a mano, la arcilla se escurre hasta alcanzar la consistencia adecuada. Se utiliza la técnica de rollos o “chorizos” de arcilla, que se van agregando y aplanando cuidadosamente para construir la forma, cuidando el grosor y la estabilidad de la estructura.
4. Lijado
Una vez seca, la pieza es lijada para suavizar la superficie y corregir imperfecciones. Este paso se realiza con mucho cuidado para evitar fracturas.
5. Bruñido
Cuando la arcilla alcanza el estado de cuero, se realiza el bruñido con piedras lisas. Esta técnica tradicional compacta las partículas de arcilla, logrando una superficie suave, brillante y sin necesidad de esmalte.
6. Terminaciones
Se incorporan detalles como asas, relieves, incisiones y grabados. Las decoraciones responden a la simbología de la cultura aborigen chaco-santiagueña, rica en significantes visuales que relatan mitos, naturaleza y cosmovisión ancestral.
7. Cocción
Las piezas se cuecen en hornos de adobe y barro diseñados especialmente para cerámica. El combustible son maderas secas y ramas caídas recolectadas de la zona, respetando el entorno natural. La cocción dura entre 4 y 6 horas, alcanzando temperaturas de hasta 1100 °C.
8. Detalles decorativos finales
Tras la cocción, algunas piezas reciben terminaciones adicionales con materiales como cuero de cabra curtido, vaqueta, sogas de yute o madera. Estos elementos aportan un equilibrio visual y un sello distintivo que realza la belleza de cada obra.
Pedro “Pachi” Villarreal no solo moldea la arcilla: modela identidad, historia y memoria colectiva. Su cerámica, profundamente enraizada en lo autóctono, no es solo arte; es un legado vivo.