En diálogo con El Interior Santiagueño, Noelia Ibarra, estudiante de la Licenciatura en Sociología, compartió su experiencia académica y social, marcada por el esfuerzo de dejar su ciudad natal para instalarse en Santiago del Estero y cumplir el sueño de convertirse en profesional.
“No fue una decisión fácil”, recordó al evocar sus últimos años de secundaria. Mientras muchos de sus compañeros optaban por Córdoba, ella eligió Santiago Capital, donde además contaba con la contención de una tía. “Siempre me interesaron las ciencias sociales, dudaba entre Psicología y Trabajo Social, pero al conocer Sociología descubrí que abarcaba gran parte de lo que me gustaba”, explicó.
Noelia inició sus estudios en 2012, obteniendo primero la Tecnicatura en Información Económica y Social. Actualmente, se encuentra en la etapa final de su tesis para alcanzar el título de licenciada. “Es un objetivo muy esperado, no solo personal, sino también familiar, porque soy de la primera generación que accede a la universidad”, destacó.
La joven resaltó el rol clave de la universidad pública en la formación de los jóvenes del interior. “En Santiago tenemos la posibilidad de estudiar distintas carreras, algo que no siempre ocurre en nuestros pueblos. Eso nos acerca oportunidades sin tener que irnos tan lejos”, valoró.
Su paso por la universidad estuvo acompañado de un fuerte compromiso social. Muy pronto se vinculó a espacios de voluntariado en barrios de la capital, lo que la llevó a integrarse al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), organización con la que participó en proyectos vinculados a la economía popular, el reciclado y la inclusión social. “Allí aprendí a salir de las puertas cerradas de la universidad y a vivir la experiencia de trabajar con la gente”, señaló.
En este sentido, Ibarra destacó la importancia de conjugar teoría y práctica.“La sociología no se queda solo en la investigación académica; también se traduce en proyectos sociales, en acompañar a comunidades, en gestionar recursos para transformar realidades”.
Actualmente, además de su formación universitaria, coordina en el NOA espacios del programa Vientos de Libertad, enfocado en la prevención y acompañamiento de personas con adicciones. “Me gusta trabajar en la gestión y la intervención social. Ese es el camino que quiero seguir”, afirmó.
Al proyectarse a futuro, expresó que le interesa combinar investigación, docencia y políticas públicas, siempre con un anclaje en lo territorial. “Me imagino armando proyectos, gestionando herramientas y formando parte de procesos colectivos que mejoren la vida de las personas”, sostuvo.
Finalmente, reflexionó sobre el valor de la educación pública: “Gracias a ella, hijos de familias que solo pudieron terminar la primaria o la secundaria hoy tenemos la posibilidad de ser profesionales. Invertir en educación es la base del futuro”.