Desde su regreso a la ciudad de Quimilí en 2014, Jorge Suárez —educador para la salud, docente y egresado de la Universidad Nacional de Santiago del Estero— ha canalizado su vocación de servicio en acciones concretas para mejorar la vida de su comunidad. Junto a un grupo de amigos y colegas, también profesionales, se propuso atender algunas de las necesidades más sentidas de la población, dando origen a un proyecto educativo y cultural que hoy es un verdadero motor de inclusión.
Así nació la Biblioteca Popular Quimilí, que con el tiempo se integró al Centro Educativo Paulo Freire, un espacio que no solo promueve la lectura, sino que se ha convertido en una referencia regional en materia de formación para el trabajo. “Hace más de diez años venimos ofreciendo capacitaciones con rápida salida laboral. Siempre escuchando a la comunidad y respondiendo a sus demandas”, explicó Suárez.
El centro funciona como un espacio cultural y educativo, donde se dictan cursos y talleres adaptados a las necesidades del mercado. En sus inicios, el foco estuvo puesto en el área de la salud, con la formación de auxiliares de enfermería domiciliaria, agentes sanitarios y promotores de salud. Luego se incorporaron oficios como electricidad domiciliaria, electricidad del automotor, mecánica de motos y diversas expresiones artísticas como dibujo y pintura.
Actualmente, las capacitaciones más solicitadas están vinculadas a la belleza y estética, rubro que ofrece múltiples oportunidades laborales. “Nuestro objetivo es claro: que cada persona que pasa por nuestros espacios de formación se lleve una herramienta real, concreta, que le permita mejorar su calidad de vida. Y nos sentimos orgullosos porque eso se viene cumpliendo año a año”, remarcó.