En diálogo con El Interior Santiagueño, el periodista quimilense Carlos Alberto Carabajal, conocido afectuosamente como “Chiqui”, compartió la emoción de celebrar los 20 años de FM del Pueblo, emisora que se ha consolidado como una voz cercana y comprometida con la comunidad.
“Estamos próximos a cumplir nuestros 20 años y lo decimos con mucho orgullo. Es un trabajo de todos los días. Mi padre, cada mañana a las seis, es quien enciende el fuego sagrado de la comunicación con la gente, y yo lo acompaño también desde las redes sociales y WhatsApp. La radio se ha convertido en parte de la vida cotidiana de Quimilí”, relató Carabajal.
La emisora nació en 2006, tras un duro momento para la familia Carabajal. “En ese tiempo trabajábamos en la radio municipal, pero con un cambio de gobierno nos dejaron afuera de un día para el otro. Fue una etapa difícil, pero también el impulso para crear nuestro propio medio. En apenas cuatro meses logramos poner en pie a FM del Pueblo, y desde entonces seguimos adelante con esfuerzo y esperanza”, recordó.
La programación de la emisora es variada, con fuerte impronta periodística. “El programa de mi padre tiene el sello informativo que lo caracterizal. Siempre buscamos un equilibrio en la información, no solo con lo que dicen los medios locales o provinciales, sino también con una mirada amplia, a través de la televisión y hoy de las redes sociales”, explicó Chiqui.
Además, la radio mantiene un vínculo estrecho con las instituciones educativas, deportivas y religiosas de la ciudad. “Lo más importante es estar al servicio de todos, escuchar a la comunidad y brindar un espacio de participación”, subrayó.
Actualmente, FM del Pueblo transmite en la frecuencia 93.7 . La emisora funciona en la casa familiar de los Carabajal, en el barrio Juan XXIII de Quimilí, un espacio cargado de historia y que, como dijo el propio periodista, “hoy sigue escribiendo nuevas páginas junto a la gente”.
Con dos décadas de trayectoria, FM del Pueblo reafirma su esencia: ser “la radio de la gente”, un medio que nació de la adversidad, se sostuvo en la esperanza y hoy celebra la fidelidad de los quimilenses.