En una reflexión profunda sobre la realidad económica y social de la Argentina, Enrique Hisse analizó el impacto estructural de la deuda externa y sus consecuencias sobre la soberanía nacional. Advirtió sobre los mecanismos de dependencia que perpetúan la sumisión económica del país y llamó a tomar conciencia colectiva para construir una alternativa más solidaria y digna.
“Las deudas no están pensadas para que se paguen, sino para mantenernos atados en una forma de colonialismo financiero”, expresó Enrique Hisse. “Al acreedor no le interesa tanto que pagues el capital, sino que sigas abonando los intereses, atrapado en un sistema de endeudamiento perpetuo.”
Hisse también señaló que “las privatizaciones forzadas, el desmantelamiento del Estado y las políticas de ajuste responden a condicionamientos impuestos por la deuda. Nos disciplinan, nos empujan a la autoexplotación, y nos mantienen sometidos a ese círculo vicioso.”
“El hombre endeudado es un hombre herido en su identidad. Del mismo modo, un Estado endeudado es un Estado herido. Podemos tener democracia, pero no soberanía.”
Con un llamado a la reflexión, afirmó: “Lo importante es tomar conciencia y dejar de pagar deudas ilegítimas. Solo así podremos empezar a liberarnos de la sumisión que impone el individualismo y que nos responsabiliza moralmente por el sufrimiento de millones.”
Finalmente, concluyó con una visión esperanzadora: “La deuda puede ser el detonante para elegir una nueva forma de vida, más solidaria y digna.”