El columnista Enrique Hisse abrió el debate con una pregunta provocadora: ¿El comunismo detrás de la sotana? y se preguntó si el nuevo Papa pondrá de nuevo en el centro de la discusión la cuestión social.
Hisse criticó que el actual gobierno parece estar trasladando los problemas económicos al futuro mediante el endeudamiento, señalando que “quienes terminan pagando esta hipoteca son nuestros hijos y nietos.”
Además, mencionó la sospecha de que se está produciendo un drenaje de riquezas que perjudica a los trabajadores: “Mientras los salarios se estancan y los precios suben, alguien se está enriqueciendo.”
Hisse también recordó que el Papa actual eligió un nombre que evoca a León XIII, el pontífice que en 1891 publicó la encíclica Rerum Novarum, un documento que abordó por primera vez la cuestión social en plena revolución industrial, enfrentando las tensiones entre el capital y el trabajo.
Para Hisse, el desafío actual es que “todo se percibe como una mercancía, reduciendo la dignidad del trabajador a un simple costo, en lugar de reconocerlo como un sujeto de derechos.”
Finalmente, criticó al neoliberalismo por promover una democracia meramente formal, “todo por el pueblo, pero nada para el pueblo,” y destacó que la doctrina social de la Iglesia podría ofrecer una alternativa más humana, que priorice la justicia social y la dignidad de los trabajadores.