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DIFERENCIA ENTRE URGENCIA Y EMERGENCIA

En el mundo de la medicina veterinaria, saber diferenciar entre una urgencia y una emergencia puede ser clave para salvar la vida de tu mascota. El Dr. Gustavo Gómez, de la reconocida Veterinaria Don Lilo, lo explicó claramente en una reciente entrevista.

¿Qué es una emergencia?
Según el Dr. Gómez, una emergencia es una situación crítica que representa un riesgo de vida inminente para el animal. “Si no se actúa de inmediato, el paciente puede morir”, advirtió. Este tipo de casos requiere atención inmediata y no puede esperar.

¿Y una urgencia?
La urgencia, en cambio, es una condición que, si bien necesita atención médica, puede esperar unas horas o hasta el día siguiente, siempre que no se agrave. Un ejemplo sería un cachorro con vómitos y diarrea. Al principio puede parecer leve, pero si no se actúa a tiempo, la situación puede volverse grave y transformarse en una emergencia.

¿Qué enfermedades o síntomas se consideran una emergencia veterinaria?

1. Convulsiones y problemas neurológicos
Un perro o gato que convulsiona necesita atención urgente. A veces, las convulsiones pueden durar varios minutos o repetirse durante horas, generando daño cerebral. También se consideran emergencias los signos de alteración neurológica como caminar descoordinado, caerse hacia un lado o perder sensibilidad en las patas.

2. Dificultad para respirar
Si el animal no puede respirar con normalidad, hay que actuar ya. Puede tratarse de un edema pulmonar, líquido en los pulmones o una obstrucción que requiere intervención inmediata. “En esos casos, cada minuto cuenta”, señaló el Dr. Gómez.

3. Golpe de calor
Es muy común en verano, pero no debe subestimarse. Un golpe de calor puede desencadenar un síndrome de disfunción orgánica múltiple, afectando riñones, corazón, pulmones y sistema nervioso. Si la temperatura corporal supera los 42°C durante más de 20 minutos, el daño puede ser irreversible.

4. Alteración del estado de conciencia
Un animal que llega inconsciente representa una emergencia total. La desconexión del entorno o una respuesta neurológica mínima siempre debe encender alarmas.

5. Intoxicaciones
Temblores, salivación excesiva, descoordinación o colapso pueden ser síntomas de intoxicación. Es crucial actuar rápidamente, ya que muchas toxinas avanzan rápido y dañan órganos vitales.

6. Reacciones alérgicas graves
Un piquete de abeja puede parecer inofensivo, pero si hay hinchazón en la cara o el hocico, se corre el riesgo de un edema de glotis (obstrucción de la vía aérea). Sin tratamiento inmediato, el animal podría morir por asfixia.

¿Qué pasa cuando un gato o perro no puede orinar?
Un animal que no puede orinar necesita atención veterinaria inmediata. En algunos casos, como en gatos, puede tratarse de una obstrucción uretral, algo relativamente común, pero que debe resolverse lo antes posible. Si el propietario detecta que su mascota no orina desde hace un día y el animal se muestra activo, aunque incómodo, se puede realizar un sondaje urinario rápido para desobstruir la vía y permitir la micción.

Pero cuando el cuadro se prolonga —dos, tres o más días sin orinar—, la situación cambia drásticamente. El paciente comienza a sufrir una injuria renal aguda debido a la acumulación de sustancias que deberían eliminarse por la orina. Entre ellas, el potasio, que al aumentar en sangre puede afectar gravemente el funcionamiento del corazón.

Signos de gravedad
El Dr. Gómez explica que estos animales llegan al consultorio “planchados”, con bajo nivel de respuesta, sin reaccionar a estímulos, en estado “omnibulado”. Si se intenta anestesiarlos sin evaluar su condición, el riesgo de que mueran en la intervención es altísimo.

En estos casos, el profesional debe evaluar si el corazón está en condiciones de tolerar una anestesia. Una forma práctica de hacerlo, ante la falta de análisis de potasio en sangre, es a través de un electrocardiograma. Si los complejos cardíacos aparecen deformes y anchos, es una señal clara de que el paciente debe estabilizarse primero antes de ser intervenido.

Dos tiempos, dos abordajes distintos
Aunque se trate de la misma causa —retención urinaria—, hay dos formas completamente diferentes de manejarla: una simple, si se actúa a tiempo, y otra crítica, si se espera demasiado. “Y siempre radica en el tiempo”, remarcó el Dr. Gómez. Esa es la diferencia entre una urgencia —que puede esperar unas horas— y una emergencia —donde cada minuto es clave.

En todos estos casos, además de contar con el equipamiento adecuado, es vital tener un equipo capacitado y la posibilidad de actuar en minutos. Como explicó el Dr. Gómez, “poner un traqueotubo, manejar un paciente que no respira, controlar una crisis neurológica… no se puede hacer solo. Se necesita experiencia, infraestructura y contención”.

Y no menos importante: saber manejar también el estrés del propietario. Porque cuando una mascota entra en estado crítico, la carga emocional del tutor es altísima. Contenerlo, explicarle y actuar rápido es parte del trabajo del veterinario de guardia.