Esta fecha recuerda la fundación de la Sociedad Italiana de Bomberos Voluntarios del barrio de La Boca, en la ciudad de Buenos Aires, cuyo inicio de actividades se registró el 2 de junio de 1884. Bajo el lema “Querer es poder”, este grupo pionero marcó el comienzo de una labor heroica y desinteresada que hoy se replica en cientos de cuarteles a lo largo y ancho del país.
En diálogo con “Mañana Fantástica”, Alfredo García, presidente de la Federación de Bomberos de Santiago del Estero, destacó la importancia del 2 de junio, Día del Bombero Voluntario:
“Es un día muy especial para todos los que integramos el Sistema Nacional de Bomberos. Hace 141 años, las personas que se acercaban a un cuartel o a una asociación civil lo hacían movidas por la vocación de servicio, encontrando en la solidaridad y en el bien común un espacio para desarrollarse. Lo que muchas veces comienza como una actividad en el tiempo libre, termina siendo una forma de vida que nos atraviesa profundamente”, expresó.
García compartió además su experiencia personal: “Yo empecé por curiosidad, y con el tiempo se transformó en un compromiso real de servicio. Se trata de ayudar a quien lo necesita, sin pedir nada a cambio. Llevo alrededor de 25 años en esta tarea, y me ha tocado atravesar situaciones muy duras y tristes, que dejan huella: pérdidas materiales, fuentes de trabajo y, lamentablemente, también vidas”.
Su labor no es solo apagar incendios: es tender una mano en catástrofes, asistir en emergencias, y brindar contención en situaciones límite. Lo hacen movidos por el compromiso con el bien común, en una tarea silenciosa, muchas veces anónima, pero profundamente humana.
En este día, más que celebrar, se reconoce y agradece el esfuerzo de cada bombero voluntario, cuyo ejemplo nos inspira y nos recuerda que la verdadera grandeza se construye en comunidad.