En diálogo con el programa “Mañana Fantástica”, la licenciada en Nutrición Josefina Lobo brindó recomendaciones para transitar el verano y las fiestas sin caer en restricciones alimentarias, promoviendo una relación más saludable y equilibrada con la comida.

Lobo explicó que muchas personas aún mantienen la idea de que deben prohibirse ciertos alimentos, especialmente en épocas de celebraciones. “Tenemos un concepto automático de restricción que nos lleva a privarnos del disfrute. El placer también forma parte de una buena alimentación, y no debemos desligarlo de nuestra salud mental”, afirmó.
Asimismo, destacó la importancia de encontrar un balance entre compartir momentos especiales y mantener hábitos saludables. “Salir con nuestros seres queridos nos ayuda a desconectar de la rutina. ¿Por qué no combinar placer con saciedad? Podemos elegir frutas y también disfrutar un helado; preparar una picada con opciones más saludables y darnos cuenta de que es posible unir ambos aspectos: placer y nutrición”, señaló.
Respecto al verano, advirtió que esta temporada implica cambios que impactan en la alimentación y el cuerpo: aumento de temperaturas, mayor exposición solar y modificaciones en los patrones de actividad física. “Muchas personas quieren sostener la rutina del gimnasio, pero el calor limita, y eso influye en el apetito y en cómo nos sentimos”, explicó.
Ante este panorama, recomendó optar por alimentos que aporten bienestar sin caer en prohibiciones. “Se trata de ser conscientes y elegir lo que nos beneficia, no lo que nos limita. La clave es nutrirnos sin culpa y encontrar alternativas que sumen puntos positivos a nuestra salud”, sostuvo.
“Lo primero es mantener la calma: comer en las fiestas, ya sea Navidad o Año Nuevo, no significa automáticamente aumentar de peso. No es sinónimo de engordar, aunque muchas veces nos predisponemos a pensar que vamos a subir varios kilos. Llegamos a las fiestas con esa idea instalada, y eso genera ansiedad innecesaria”, explicó.
La licenciada recomendó poner especial atención en la hidratación, ya que muchas personas presentan retención de líquidos, algo que se intensifica con las altas temperaturas y con ciertos alimentos típicos de esta época. “El agua debe ser la base. Las demás bebidas pueden quedar para momentos especiales. También es útil incorporar infusiones frías para ayudar a refrescar el cuerpo”, señaló.
Comidas típicas del verano
Lobo insistió en priorizar alimentos frescos y livianos, aumentando el consumo de frutas y verduras como melón, durazno, tomate y pepino. También sugirió aprovechar preparaciones frías.
“Hay que comer lo suficiente, no menos. Cada persona debe conocerse y aprender a escuchar su cuerpo, sin culpa. La comida no es un enemigo: es parte del disfrute, del encuentro con otros y también una herramienta para reducir la ansiedad. Ese debería ser el sentido de una alimentación saludable”, finalizó.