En diálogo con Mañana Fantástica, la docente e historiadora Fernanda Gil Lozano recordó la vida y el legado de Alicia Moreau de Justo, una de las figuras más notables del movimiento socialista y feminista en la historia argentina.
Gil Lozano destacó que Alicia “fue una gran militante de la paz”, y subrayó la influencia de su entorno familiar. “Su padre había participado de la Comuna de París, ese momento histórico donde los movimientos obreros tomaron las calles. Esa experiencia marcó profundamente su formación. Alicia creció en un hogar donde se valoraban la lectura, el pensamiento crítico y la sensibilidad hacia los sectores más humildes”.
La especialista recordó también los orígenes porteños de Moreau: “su familia primero vivió en el centro, en la calle San Martín de Buenos Aires, y luego se mudaron a Flores, que en ese entonces era una zona periférica. Ella misma contaba lo difícil que era para las mujeres trasladarse al centro, cómo eso reflejaba las desigualdades de la época”.
Alicia Moreau se formó bajo principios como el socialismo, el racionalismo, el altruismo y la defensa de la libertad, la igualdad y la fraternidad, valores heredados de su padre. “Ella fue una lectora apasionada mencionó Gil Lozano. Libros como La situación de la clase obrera en Inglaterra, la impactaron profundamente y marcaron su compromiso político”.
Sobre su vida personal, Gil Lozano recordó que “su gran amor fue del Valle Iberlucea, quien murió muy joven. Luego conoció a Juan B. Justo, con quien tuvo tres hijos y compartió la militancia. Aunque Justo era un hombre muy ascético, ella supo acompañarlo sin perder su propia identidad política”.
Alicia Moreau fue además una de las fundadoras del movimiento feminista argentino. “No se trató solo de asociaciones de mujeres aclaró Gil Lozano, sino de un movimiento político con una mirada clara sobre el lugar de la mujer en la sociedad. Fue compañera de lucha de Elvira Rawson de Dellepiane y Julieta Lanteri; juntas abordaron temas como la salud, la infancia, la educación y el alcoholismo, siempre con una visión transformadora”.
La historiadora también destacó la postura pacifista de Moreau frente a los conflictos bélicos: “Vivió las dos guerras mundiales y escribió textos donde interpretó el pensamiento de Marx desde una mirada humanista. Ella decía que las armas no debían ser literales, sino una metáfora de la lucha cultural y política. Siempre insistió en que la verdadera transformación debía venir desde la educación, el debate y el Congreso”.
Finalmente, Gil Lozano sintetizó su legado con una frase que resume la vigencia del pensamiento de Alicia Moreau de Justo:
“Fue una mujer que entendió que la paz, la igualdad y la justicia social son inseparables. Una adelantada a su tiempo, cuya voz sigue siendo necesaria hoy”.