Alicia del Carmen Pereyra, docente y apasionada de la música, lleva siempre consigo su guitarra, difundiendo con orgullo el arte y la cultura de su querida ciudad natal, La Banda. En diálogo con El Interior Santiagueño, expresó su alegría y entusiasmo por compartir su pasión con la comunidad en el marco del Día Internacional de la Música.
En este recorrido, Alicia ha señalado que aún persisten ciertos prejuicios hacia la mujer en el ámbito musical, con la idea de que pareciera que no somos capaces, a pesar de los múltiples condicionantes. La docente relata que ha atravesado muchas dificultades a lo largo de su carrera; sin embargo, hoy, en la adultez, sigue acompañando y manteniendo viva la música en su entorno, interpretando chacareras y vidalas que forman parte de la cultura santiagueña.
Alicia proviene de una familia de profundas raíces folclóricas, con un hermano mayor que integró la primera formación de los Manseros Santiagueños. Desde niña estuvo vinculada a la música; cuando se reunían a ensayar bajo las higueras de su casa, ella tocaba el bombo.
En su niñez, abrazó el bombo, el primer instrumento con el que tuvo contacto, ya que su hermano los fabricaba. Además, el director de la Orquesta Sideral de La Banda era su tío materno, lo que reforzaba la herencia musical de su familia.
En su camino, Alicia se vinculó con la Escuela de Música Segundo Nicolás Gennero, que tuvo un papel fundamental en su formación pedagógica y musical, abriéndole puertas en distintos ámbitos de su vida. Durante sus estudios secundarios en la Escuela Nacional de Comercio, se acercó al Alero Quichua, donde tuvo micrófonos abiertos para hacer conocer su arte. Rubén Palavecino la presentaba, y así comenzó a incorporarse al grupo del alero, participando en peñas y recorriendo numerosos escenarios, consolidando su trayectoria en el mundo folclórico.
“Hoy me siento orgullosa por todo lo logrado y los escenarios que he compratido con grandes referentes de nuestra cultura”, concluyó.