Los senadores desestimaron la decisión del Presidente sobre el proyecto impulsado por los gobernadores y ahora el trámite pasará a Diputados. Se trata de un nuevo revés para la administración libertaria luego de que la Cámara baja se opusiera a los vetos al financiamiento universitario y la emergencia pediátrica.
Con 59 votos afirmativos, 9 negativos y 3 abstenciones, el Senado insistió este miércoles con la ley de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), previamente vetada por el presidente Javier Milei. La iniciativa superó cómodamente el umbral de los dos tercios necesarios para avanzar sin pasar por comisiones, en una sesión tranquila pero con un trasfondo político explosivo: la creciente debilidad del oficialismo en el Congreso y el desmarque cada vez más evidente de sectores aliados. Ahora, la Cámara de Diputados deberá tratar la insistencia para que el proyecto quede sancionado definitivamente.
En aquella sesión del 10 de julio, la ley fue aprobada con 56 votos afirmativos y solo uno en contra: el de Luis Juez (PRO – Córdoba). Los senadores de La Libertad Avanza se ausentaron de forma deliberada buscando invalidar la sesión, lo que finalmente no lograron. Entre los ausentes figuraron parte del radicalismo (como Mariana Juri, Rodolfo Suárez, Víctor Zimmerman, Stella Maris Olalla y Maximiliano Abad), todos -salvo el bonaerense- de provincias con acuerdos electorales con el oficialismo; la neuquina Lucila Crexell, Francisco Paoltroni y Juan Carlos Romero (Salta), además de Carmen Álvarez Rivero (PRO), una de las aliadas más firmes del oficialismo.
Hoy, varios de esos nombres aparecieron en el tablero de votación, y el resultado volvió a exponer las grietas dentro del arco de aliados que Milei intenta sostener. La oposición, por su parte, ya sabía que contaba con los números y llegó al recinto con una estrategia clara: sostener la iniciativa sin fisuras y obligar al oficialismo a una nueva derrota política.
Los radicales mendocinos referenciados con Cornejo, Mariana Juri y Rofolgo Suarez, mantuvieron la postura respecto a la última sesión: se abstuvieron en la votación –cuyo impacto en el conteo de los votos, es el mismo que una ausencia-. Quien tomó el mismo camino fue Alfredo De Angeli, de Entre Ríos, quien explicó que su gobernador, Rogelio Frigerio, mantiene el diálogo con el Gobierno Nacional para resolver los problemas “gravísimos” de su provincia. En su momento, el entrerriano había acompañado la iniciativa.
Uno de los discursos más enfáticos fue el del senador chaqueño Víctor Zimmerman (UCR), que en su momento se había ausentado pero esta vez acompañó la iniciativa: “Está claro que no estamos desfinanciando, ni le estamos cambiando el destino al gobierno. Le estamos dando y dejando por encima de lo que se ha ejecutado anteriormente y por encima de lo que se viene ejecutando en esta gestión”.
El Gobierno, sin embargo, se resiste a entregar esa caja de fondos. Como expresó el ministro de Economía, Luis Caputo, en redes sociales: “Este es el verdadero problema. Les molesta no tener la caja para repartirla discrecionalmente entre sus amigos y no poder apretar gobernadores. Pero los que odian son ellos”.
¿Y ahora qué?
Con la insistencia aprobada en el Senado, el texto vuelve a la Cámara de Diputados, que debe insistir para que la ley quede sancionada y entre en vigencia. Si la Cámara baja repite el resultado que obtuvo con el financiamiento universitario o la emergencia pediátrica, el Gobierno sufrirá un nuevo traspié institucional que lo deja cada vez más acorralado en términos parlamentarios.
La semana deja al oficialismo sin control de la agenda legislativa, con fracturas internas y externas, y con una narrativa de victimización cada vez más difícil de sostener ante la acumulación de derrotas. La relación con los gobernadores, por ahora, parece haber entrado en una nueva fase de tensión abierta.