En diálogo con Mañana Fantástica, la médica pediatra Dra. Yanina Ovejero brindó una serie de recomendaciones fundamentales para evitar golpes de calor y deshidratación en los niños, ante la llegada de las altas temperaturas en Santiago del Estero.

“Estamos entrando en la etapa de primavera y verano, y lamentablemente cada año se repiten los casos de golpe de calor, especialmente entre noviembre, diciembre, enero y febrero”, explicó la profesional, quien subrayó que la prevención comienza con la organización familiar y escolar.
Yanina Ovejero destacó la importancia de adaptar las actividades físicas y escolares al clima. “Si la temperatura supera los 40 grados a las tres de la tarde, no es prudente que los niños realicen educación física al aire libre. Es preferible hacerlo en lugares techados o con sombra”, advirtió.
Uno de los puntos centrales de su mensaje fue la hidratación. “El chico tiene que ir al colegio con agua, no con jugos ni gaseosas. El agua es la mejor forma de hidratar”, remarcó. Además, señaló que los colores y materiales de la ropa también influyen: “Las prendas deben ser claras, de algodón y frescas. Los niños deben usar gorra o sombrero para protegerse del sol”.
En cuanto a la alimentación, la pediatra recomendó evitar comidas pesadas y optar por una dieta más liviana. “En esta época, lo ideal es que los chicos consuman muchas frutas, verduras y alimentos frescos. Hay que dejar de lado las frituras, las salsas, los alimentos muy grasos o con mayonesa”, sostuvo.
También se refirió a las actividades recreativas al aire libre: “no es recomendable que los niños estén en piletas o al sol entre las 10 de la mañana y las 6 de la tarde. Es el horario de mayor riesgo de exposición solar y quemaduras. Además, no todos los chicos tienen acceso a protectores solares adecuados”, explicó.
La Dra. Ovejero advirtió sobre los signos de alerta que los padres deben reconocer. “El golpe de calor puede manifestarse con fiebre alta de 39 o 40 grados, vómitos persistentes, enrojecimiento de los ojos y decaimiento. En casos de deshidratación, el niño puede llorar sin lágrimas, tener la boca seca y mostrarse muy cansado o sin ganas de jugar.”
Asimismo, aclaró que los bebés menores de seis meses no deben exponerse al sol bajo ninguna circunstancia. “Aunque existan protectores solares para ellos, no se recomienda su exposición ni por el calor ni por los rayos solares”, señaló.
Finalmente, la pediatra instó a los padres a estar atentos a cualquier signo de descompensación. “Si el niño tiene dolor de cabeza intenso, vómitos, decaimiento o se queja de dolor abdominal, debe ser evaluado por un médico de inmediato”, concluyó.
Finalmente, recordó que la prevención y el cuidado diario son claves para disfrutar del verano sin riesgos. “El calor no solo afecta, sino que puede enfermar si no tomamos las precauciones necesarias”.