En el año 2000, tras llenar 13 noches el estadio Luna Park con su cuarteto cordobés, El Potro Rodrigo viajó a Miami junto a su entonces pareja, Alejandra Romero, para celebrar su cumpleaños el 24 de mayo. Apenas un mes después, el 24 de junio, su vida se apagó trágicamente en un accidente automovilístico.
Esa madrugada, se informó que Rodrigo perdió el control de su Ford Explorer roja en medio de una espesa niebla. Rápidamente surgieron versiones que involucraron al empresario Alfredo Pesquera, acusado inicialmente de homicidio culposo por supuestamente haber encerrado al cantante con su vehículo. Sin embargo, años más tarde fue absuelto por la Justicia.
A pesar de su partida, la música de Rodrigo sigue vigente y continúa siendo uno de los artistas más escuchados en plataformas como YouTube y Spotify.
En ese sentido, Tedy Tessel n diálogo con “Mañana FAntástica”, afirmó “a Diego lo mataron”. En declaraciones recientes, expresó con contundencia que la muerte del cantante no fue casualidad, sino un hecho planeado para frenar su carrera artística.
“El Potro molestaba a alguien y decidieron sacarlo del medio”, afirmó, asegurando que la versión oficial de accidente no se ajusta a la realidad. Según su testimonio, la muerte de Rodrigo fue provocada y organizada: “Esa es la historia, no nada de accidente.”
Estas palabras reavivan la polémica y el misterio alrededor del fallecimiento del ícono del cuarteto, que sigue generando debates y cuestionamientos a 25 años de aquel 24 de junio de 2000.
Rodrigo estaba a punto de conquistar el mundo. Así lo contó Tedy Tessel, quien reveló que el Potro tenía contrato firmado con Criterio Records, el sello de Emilio Estefan en Sony Music Miami, para grabar un disco que se iba a llamar Planet of Odio.
“Hoy estaríamos hablando en inglés, maestro”, expresó Tessel, y explicó que ya tenían los pasaportes listos y el material grabado. La producción incluía una gira que comenzaría en Miami, seguiría por el Caribe y terminaría en Europa.
“Esta gente ya tenía todo el combo armado: disco, gira y proyección internacional”, agregó. El sueño de Rodrigo de llegar más allá de las fronteras argentinas estaba a punto de hacerse realidad, pero su vida se apagó antes de que pudiera concretarlo.