EL Día del Taxista se celebra todos los 7 de mayo en Argentina. Esta efeméride recuerda el primer convenio colectivo de trabajo, que comenzó a regular la actividad, y el papel preponderante que tuvo Eva Perón en la fundación del Sindicato de Taxistas Argentinos en 1950.
Frente a este contexto, Daniel Rosas, Delegado Nacional de Peones de Taxis en Santiago del Estero, señaló que, dada la difícil situación económica que atraviesa el país, no es un día para celebrar ni para afirmar que las familias de los taxistas están pasando por su mejor momento. Sin embargo, quiero hacer una salvedad: es una fecha para recordar el convenio colectivo que se realizó en el año 1950, hoy es el Día del Peón de Taxi.
Cuando se le consultó sobre la realidad que atraviesa el sector en nuestra provincia, sostuvo: “Estamos trabajando con porcentajes bajos debido al deterioro del sistema, que ya venía golpeado desde hace años por diversos factores. Lamentablemente, el último eslabón a la cual ponen atención es al empleado de taxi, quien sufre las consecuencias en mayor medida. Cuando nos dirigimos al Consejo Deliberante para realizar exposiciones y peticiones de cada sector, destacamos dos aspectos en los que los intereses son mayores. Sin embargo, la realidad es que todos los intereses son igualmente importantes y se dividen en tres partes: los prestadores, quienes hoy se consideran empresas, los propietarios y, finalmente, los empleados de taxi”.
“Estamos inmersos en una lucha constante, y aún más cuando el respaldo es mínimo frente a nuestros reclamos por beneficios para el sector. Comprendemos la situación del propietario, ya que no es fácil mantener un vehículo en la calle, pero también debería haber un entendimiento cuando se abordan temas económicos. Equilibrar la balanza nunca parece ser considerado, y nuestros reclamos a menudo caen en oídos sordos. Es importante recordar que el peón de taxi pasa de 10 a 15 horas sentado al volante para luego bajarse con una ganancia de apenas $3000. ¿Y quiénes son los que realmente se benefician? Las empresas y los propietarios, mientras que el trabajador termina siendo el perdedor”, concluyó.