En una entrevista para el programa “Mañana Fantástica” en Primera Hora, la asesora previsional, Rita Artaza explicó que sucederá el 23 de marzo del corriente años con las jubilaciones.
El 23 de marzo se marca como la fecha límite para acceder a un beneficio clave establecido por la ley 27.705. Sin embargo, se han abierto otras opciones que han generado una gran cantidad de consultas por parte de personas preocupadas, especialmente aquellas que no han alcanzado la edad jubilatoria requerida por la ley, que actualmente exige 30 años de aportes. El vencimiento de esta ley crea una situación compleja, ya que una gran parte de la sociedad no cumple con los requisitos establecidos.
Actualmente, hay dos leyes de moratoria vigentes. La ley 24.476, por ejemplo, no tiene fecha de caducidad y permite a las personas adquirir años de aporte. Esta opción está disponible para mujeres a partir de los 60 años y hombres a partir de los 65, quienes pueden utilizar esta ley para comprar los años que les faltan. Sin embargo, el problema práctico es que esta ley solo permite la compra de aportes hasta septiembre de 1993. Esto significa que si una persona tiene, por ejemplo, 60 o 65 años, solo podría comprar hasta 10 años de aportes (en el caso de las mujeres). A su vez, un decreto de 2021 habilitó la posibilidad de sumar años de aportes a mujeres que hayan tenido hijos o que hayan cobrado la Asignación Universal por Hijo.
En un caso hipotético, si una persona puede comprar los 10 años de aporte que le permite la ley antigua y, además, sumar otros 10 o 15 años, pero no tiene más aportes para completar los 30 requeridos, no podría jubilarse. En este caso, se necesitaría recurrir a una herramienta alternativa, que está vigente pero vence el 23 de marzo, y es aquí donde surge el problema.
El Estado es el responsable de garantizar la seguridad social, pero si analizamos la situación de los últimos 20 años, el sistema previsional argentino está colapsado. Antes, se necesitaban entre 7 y 8 trabajadores activos para financiar la jubilación de un solo jubilado. Hoy, esta cifra ha aumentado significativamente. Por ejemplo, la categoría más baja del monotributo es de 12.000 pesos, y actualmente, para pagar el sueldo de un jubilado, se requiere un mínimo de 20 personas contribuyendo al monotributo. Sin embargo, esta realidad está lejos de ser la norma, ya que la mayoría de los trabajadores están en la informalidad, lo que genera un desequilibrio considerable en el sistema de seguridad social. Este sistema debería ser solidario, integrado y funcionar adecuadamente mientras haya trabajadores formales que aporten. Si este problema no se corrige, es probable que lleguemos a un cuello de botella como el que estamos viviendo ahora.
Hoy en día, el 80% de las personas que se jubilan lo hacen con el apoyo de alguna moratoria, ya sea la ley antigua o la nueva. Son muy pocas las personas que logran cumplir con los 30 años de aporte, especialmente entre las mujeres.
El 23 de marzo culminan los capítulos 1 y 2 de la ley, mientras que el capítulo 3, que posibilitará continuar con la moratoria, permitirá a aquellas personas que necesiten diez años o menos para cumplir con la edad jubilatoria adquirir años de servicio. Cabe recordar que la edad jubilatoria establecida es de 65 años para los hombres y 60 años para las mujeres.
Asimismo, se refirió a la POAM, que representa el 80% del haber mínimo jubilatorio. La POAM es la Pensión Universal para Adultos Mayores, diseñada como una solución para aquellas personas que, debido a la falta de aportes durante su vida laboral, no pueden acceder a una jubilación ni mediante la ley antigua ni con la nueva moratoria, permitiéndoles acceder a este beneficio.