Gladiz Rodríguez de Medina, emprendedora loretana con 25 años de trayectoria en el mundo de la gastronomía, ha conquistado el corazón de la gente gracias a su dedicación, profesionalismo, humildad y fortaleza. A lo largo de los años, se ha destacado por ofrecer lo mejor de la cocina en la ciudad, ganándose el respeto y la admiración de quienes han disfrutado de sus exquisitos platos.
En una entrevista con El Interior Santiagueño , Gladiz relató que comenzó a trabajar a una edad temprana. Luego, se casó y formó una familia numerosa con seis hijos: cuatro varones y dos mujeres. En 2001, su esposo perdió su fuente de trabajo, lo que motivó a Gladiz a emprender. Comenzó a recorrer las casas ofreciendo productos como verduras, empanadas, pan, tortilla, entre otros.
Conmovida por los sacrificios realizados en familia, Gladiz recuerda cómo todo ese esfuerzo finalmente dio sus frutos. Empezó con un horno de barro y, hoy en día, cuentan con seis. “Vivimos del emprendimiento que hemos construido juntos”, comenta con orgullo. Su primer paso fue la compra de tablones, luego viajó a Santiago para alquilar vajillas. Como en la zona no existían estos servicios, decidió ofrecerlos, lo que le permitió identificar una oportunidad y comenzar a invertir en diversos elementos para alquilar, además de ofrecer servicios de catering.
A medida que crecía su emprendimiento, Gladiz comenzó a cocinar y trabajar para tres escuelas. Luego, vio la oportunidad de comprar un terreno, donde construyó un salón de fiestas llamado Rumbos Eventos . No conforme con esto, adquirió otro predio llamado Nativas , donde construyó una pileta. Todo esto fue posible gracias a un gran sacrificio familiar.
Gladiz es un claro ejemplo de lucha, superación y perseverancia. Su historia demuestra cómo los sueños se pueden alcanzar con trabajo y esfuerzo. “Nunca bajen los brazos”, aconseja con fuerza. “Hay que ser positivos y seguir adelante”.