Walter Leguizamón, reconocido locutor y animador de eventos de la localidad de El Colorado, Santiago del Estero, compartió con emoción en diálogo con El Interior Santiagueño la historia de su pueblo, un lugar que se destaca por su importante actividad agrícola.
El Colorado es una localidad del departamento Juan Felipe Ibarra, ubicada a 37 km de la ciudad de Quimilí. Este pequeño pueblo ha experimentado un rápido crecimiento gracias a la producción sojera de la zona. Según explicó Leguizamón, El Colorado cuenta con aproximadamente 2.500 habitantes y se encuentra sobre la Ruta Provincial 116, que conecta la ciudad de Juríes con la de Quimilí, a unos 50 km de los límites con las provincias de Santa Fe y Chaco, y a 200 km de la capital provincial, Santiago del Estero.
La vida cotidiana de los habitantes de El Colorado está estrechamente vinculada a los campos, ya que la zona es predominantemente agrícola, con cultivos de soja, maíz y algodón. Sin embargo, este año enfrentaron una sequía compleja que afectó los rendimientos de la cosecha. “Cuando los campos funcionan, los pueblos también lo hacen, y como comerciantes, vendemos lo que tenemos”, expresó Leguizamón, aludiendo a la importancia de la agricultura para la economía local.
El pueblo cuenta con una variedad de servicios y estructuras, como jardines de infantes, una escuela primaria, un colegio secundario, una comisión municipal, un destacamento policial, una sala de primeros auxilios y dos clubes deportivos. Además, destacó con orgullo que varios jóvenes de la localidad tuvieron la oportunidad de llegar hasta Cosquín, a la Plaza Próspero Molina, un emblemático escenario donde se celebran las fiestas más importantes del folclore y el rock. “Es un logro enorme para un pueblo pequeño, que jóvenes con tanto talento y ganas puedan llegar a ese lugar”, afirmó.
Finalmente, Walter Leguizamón recordó que hace 40 años, en 1984, durante el mandato del obispo de la diócesis de Añatuya, Jorge Gotau, y gracias a sus gestiones y contactos en el exterior, se logró obtener la ayuda necesaria para edificar una iglesia en El Colorado, que fue nombrada Inmaculada Concepción de María. Un momento clave en la historia del pueblo fue cuando, por primera vez, llegaron desde la India cuatro monjas que pisaban tierras argentinas. Estas monjas, que no entendían el idioma local, fueron designadas para vivir en El Colorado y jugaron un papel fundamental en la difusión de la fe católica en la comunidad.
Desde entonces, cada 8 de diciembre, el pueblo rinde homenaje a la Virgen, patrona de la localidad, con una celebración que reúne a personas de diferentes parajes cercanos para venerarla. La festividad se extiende a lo largo del día, con la presencia de autoridades eclesiásticas, convirtiéndose en un evento de gran significado espiritual para todos los habitantes.