El Blaugrana se impuso al eterno rival en La Cartuja, de Sevilla, en una dramática definición, que incluyó un gol de Jules Koundé a los 115 minutos para asegurarse el título.
El FC Barcelona consiguió el ansiado título de la Copa del Rey ante el Real Madrid. Lo peleó desde el principio y finalmente lo logró. El primer título de los tres posibles actualmente, y lo hizo con un marcado a favor de 3-2 al borde de llegar a los penaltis tras un partido frenético, trepidante y, a partir de la segunda parte, cargado de tensión por todo lo que aconteció en las últimas horas. Todo se quedó en el campo. Y así se vio durante todo el partido, un duelo que reflejó el típico partido de sufrimiento en un campo y en otro. La verdadera esencia de los Clásicos en el que el Barça se llevó, por méritos propios, el trofeo.
El partido empezó con un nivel bastante intenso, con unos primeros minutos muy directos entre ambos. Tanto, que fue el mismo Pedri el que, después de intentarlo Lamine Yamal en varias ocasiones, e incluso el mismo Ferrán, fue finalmente el gol de Pedri el que obró para que el FC Barcelona se adelantara en el marcador. Lo hizo en el minuto 27, y a partir de ahí, aunque el Barça tomó el control del partido y también del balón, el Real Madrid no solo no se achantó, sino que le hizo darle trabajo a los culés para intentar llegar a portería a lo largo de la primera mitad.
El Real Madrid, con todo, necesitaba tener la posesión del balón, de tener el juego en posición y, en definitiva, de entrar en el partido con más fuerza de la mostrada. Una primera parte en la que se vio que al FC Barcelona apenas le inquietaron los jugadores del Real Madrid. Su mayor susto fue en una incursión de Vinicius pero el madridista arrancó en fuera de juego. Bellingham le batió pero estaba también en claro fuera de juego.
En el complemento, Carlo Ancelotti dio entrada a Mbappé, donde ya desde el primer momento que entró al campo resultó como un revulsivo. De hecho, tanto Mbappé, como con su conexión con Vinicius y Bellingham las tuvieron durante buena parte de los primeros 25 minutos de la segunda parte para marcar el gol del empate.
El portero polaco, Szczesny, estuvo en gran parte de esta segunda mitad a vérselas para evitar el gol del Real Madrid. Vinicius recibi´varias veces el el balón en el área, pero su disparo fueron taponados por el meta azulgrana.
Sin embargo, y como ocurrió durante todo este transcurso, el Real Madrid se cargó de energía y logró empatar primero con Mbappé, dándole una vida que necesita para llevarse el partido, o al menos para créerselo. Y, seguidamente, apenas en 6 minutos, es esa intensidad del Real Madrid ante el FC Barcelona la que logró por darle la vuelta al marcador con el segundo gol para los madridistas desde los pies y una gran jugada de Tchouaméni.
Los de Ancelotti, con esto, se creyeron que podían volver a levantar el título, que podía ser otra noche ‘molto longa’. Sobre todo porque todas las jugadas que arrancaban en el mediocampo o llegaban a las botas de Vinicius o a las de Mbappé para terminar en disparo.
Pero el FC Barcelona, que ya arrastraba a varios jugadores fatigados y cansados, sobre todo por la alta carga de partidos, dio un último empujón y, en un descuido, Ferrán Torres volvió a meterles en el partido. Era el momento de recuperar la ilusión para unos, mientras que para otros se les ponía otra vez a luchar desde atrás. Lo notó Vinicius, que sufrió en sus piernas el desgaste y tuvo que retirarse a falta de 2 minutos para el final.
Allí, y ya siguiendo con la prórroga se puede decir que el partido lo ha tenido todo. Goles, remontada y hasta un penalti en el último minuto que finalmente anuló el VAR. Pero quedaba lo mejor para el final, como se hace en esta clase de partidos.
Es ahí donde el FC Barcelona, ya bastante cansado y hasta extasiado, como le ocurrió a Lamine Yamal o Raphinha, quiso bajar una marcha para frenar el partido, visto que el Real Madrid, por alguna razón, parecía con una posición un poco mejor en ciertos momentos. Entre medias hubo unas ocasiones como las de Ferrán y Fermín, y también alguna de Mbappé, pero que no surtió efecto. Ambos equipos, tras 100 minutos de mucho corretear, no podían más.
A partir de ahí, el partido estaba para un acierto de uno o un error de otro. Ninguno de los dos quería la pelota si no era para llegar al área. Un toma y daca, tanto monta y monta tanto. Pasó en los minutos finales con Ferrán y también con Bellingham.
Y fue ahí cuando, de tanto llegar, de tanto jugar, de tanto insistir… el FC Barcelona tuvo una de las últimas ocasiones para rematar el partido. Ahora fue desde Koundé, que se sacó un gol mágico que valió, entre muchas jugadas siguientes, también de los blancos, la victoria definitiva y feliz del FC Barcelona. En el último minuto, una falta no pitada provocó la mala cara de un partido que resultó más que atractivo. Vinicius protestó y se llevó la cartulina roja, mientras que a Rudiger lo tuvieron que parar entre 4 para no irse contra el árbitro. Los culés se hacen con su Copa del Rey número 32, posiblemente la más sufrida de los últimos años.