El Gobierno nacional volvió a manifestar su interés en incorporar tres submarinos clase Scorpene, en un intento por recomponer la capacidad estratégica que la Armada perdió tras la desaparición del ARA San Juan en 2017.

Sin embargo, el proyecto —uno de los más ambiciosos del actual programa de reequipamiento militar— permanece detenido hasta que Francia confirme un crédito que permita avanzar con la operación valuada en más de 2.300 millones de dólares.
La confirmación llegó desde París. Laurent Mourre, responsable de Ventas para América Latina de Naval Group, admitió que la Argentina mantiene conversaciones activas para adquirir las unidades, en un contexto en el que varios países de la región buscan modernizar sus flotas. De todos modos, el ejecutivo remarcó que no existe una instancia formal iniciada, ya que “resta acordar la estructura de financiamiento”, punto clave para que la negociación tome cuerpo.
La compra requiere un préstamo respaldado por el Estado francés, ya que la constructora naval no otorga financiamiento directo. El anticipo que suele exigirse para comenzar la fabricación ronda el 15% del total, un desembolso que Argentina no puede afrontar sin esa asistencia crediticia. El Presupuesto 2025 ya contemplaba la toma de deuda para el programa denominado “Recuperación Submarina”, pero el Gobierno insiste en obtener mejores condiciones y un calendario de pagos extensivo.