SUBIÓ LA LUZ: LAS CLAVES PARA ENTENDER EL AUMENTO Y QUÉ USUARIOS PAGARÁN EN MARZO HASTA UN 300% MÁS

Desde mayo comenzarán los incrementos mensuales en base a una nueva fórmula que definió el Gobierno para actualizar el costo de distribución. La quita de subsidios también sumará presión en los bolsillos.

En los últimos días el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) tomó decisiones que se verán reflejados en los aumentos que llegarán desde marzo en las boletas de luz de los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) bajo la concesión de Edesur y Edenor. En algunos casos los incrementos superarán el 300% a pesar de que el Gobierno informó porcentajes bastante por debajo de ese valor.

Los tres principales puntos que darán lugar a esos aumentos es el aumento en el precio mayorista de la energía que pagan en la boleta los usuarios considerados como de altos ingresos, un salto de hasta 520% en la retribución que reciben las distribuidoras y una nueva determinación de los usuarios según su nivel de consumo. A eso se sumarán, desde mayo, actualizaciones mensuales en el costo de distribución y el nuevo criterio de asignación de subsidios que prepara la Secretaría de Energía, el cual será más restrictivo que el actual.

El primero de los cambios que realizó el ENRE fue reducir de nueve a cuatro la cantidad de categorías de usuarios residenciales por consumo, dentro de un esquema que carga un mayor costo de manera progresiva, es decir: más gasto, más se paga. Los nuevos escalones son R1 con un tope de 400 kwh por mes, los R2 hasta 400 kwh, en donde se concentra el 70% de los hogares, los R3 hasta 600 kwh y los R4 con más de 600 kwh.

En paralelo, hubo un aumento en el costo variable que representa el precio del kilovatio hora (kWh) y del costo fijo que es la remuneración de las distribuidoras por la estructura del servicio cuyo aumento puede llegar al 420 por ciento. Vale aclarar que todos los usuarios, según su categoría residencial, pagan lo mismo por este concepto ya que los subsidios se dan sólo en el costo de la electricidad, el otro gran componente de las boletas. Después están los impuestos y, en menor medida, el transporte.

Las subvenciones se encuentran segmentadas desde finales de 2002 en tres universos en relación a sus ingresos respecto a la Canasta Básica Total (CBT) del Indec y otros criterios de asignación como la tenencia rodados con menos de tres años de antigüedad, embarcaciones de lujo o aviones: altos ingresos (N1), bajos ingresos (N2) y medios ingresos (N3).

Si bien cerca del 70% de los 6 millones de usuarios del AMBA se encuentran en R1 y R2, los aumentos para los R4 en sus facturas finales pueden ser significativos ya que antes ese segmento estaba dividido en R7 (601 y 700 kWh); R8 (701 y 1400 kWh), y R9 más de (1400 kWh) con diferentes cargos de costo fijo. Al respecto, a través de su cuenta de X, el economista Nicolás Gadano explicó: “Un usuario que era R7 ahora es R4, y solo de cargo fijo pasa a pagar de $5.789 a $30.054 por mes, más allá de si es de ingresos altos, medios o bajos”. El salto en ese concepto será de 420 por ciento.

El especialista detalló que un usuario con consumo mensual de 420 kWh, que ahora será R3, pagará por el costo de distribución de $2.143 a $11.543 por el concepto de cargo fijo y variable. Si es N1, el costo de la energía pasó de $10.163 a 25.242 pesos. De la simulación surge que ese hogar pasará de pagar $15.676 en enero a $46.857, es decir, casi 200% de incremento en la factura final.

“Usuario de igual consumo pero bajos ingresos (N2) enfrenta el mismo aumento del costo de distribución (de $2.143 a $11.543), sin aumentos en el costo de la energía. Esta asimetría hace que la distribuidora se lleve el 86% de la factura antes de impuestos, y Cammesa solo el 14%”, añadió Gadano. En ese caso la boleta pasaría de $5.133 a $17.117, lo que representa un salto de 233 por ciento.

Un informe de la consultora Economía y Energía arrojó que los aumentos para los R1 de altos ingresos serán del 167%, mientras que los de bajos ingresos serán del 138% y del 127% para el segmento medio. Esas subas están por encima de las informadas oficialmente.

En el caso de los R2, que puede funcionar como la media de consumo de una familia tipo, la factura media anual de los N1, es decir descontando estacionalidad, pasaría de $8.188 a $21.759 (166%) a partir de febrero. Para los N2 la boleta pasaría de $8.188 a $21.759 (129%) y las N3 de $2.765 a $6.007 (117%) en ese período.

En esos casos los incrementos estarán por encima de lo que informó la semana pasada la Secretaría de Energía que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo. Los ejemplos que habían dado era de un incremento de hasta 150% en las tarifas de electricidad de los N1, de 70% en los N2 y de 65% en los N3, aunque para este último universo si supera los 600 kWh el salto iba a estar en la zona del 130 por ciento.

El portal Econojournal calculó, teniendo en cuenta las nuevas categorías de consumo y la suba de costos, que en los hogares N1 los aumentos serán de hasta el 242%, por encima de lo informado oficialmente. En los N3 llegarán hasta 263,5% para los que consuman más de 400 kWh y de hasta 131,1% en el resto. En los N2 precisaron que una suba de hasta 302,7% que “en todos los casos supera con amplitud el 70 por ciento”.

Por otro lado, Energía había publicado recientemente los precios estacionales de la energía eléctrica que estarán vigentes hasta abril. Ese es el costo de la energía que pagan los usuarios y que para los N1 saltó 118%, en línea con la devaluación, mientras que para los N2 y N3 quedaron sin cambios.

El mayor impacto de esa medida lo sentirán los comercios, las industrias y las pymes con un impacto promedio del 200 por ciento. Pero los comercios chicos son los que recibirán el mayor efecto con un incremento del 430% en el concepto energía que puede ser del 500% si se le suma las actualizaciones por distribución, según sostuvo el economista Julián Rojo.

Por su parte, el ENRE informó que desde mayo habrá una nueva fórmula de actualización del Costo Propio de Distribución compuesta por 55% el índice de salarios, 25% por la inflación mayorista y 20% por la variación de precios minoristas (IPC) del Indec. Algo similar sucederá con la tarifa de transporte. Esto tendrá como resultado que las boletas aumentarán todos los meses solo por esos conceptos y no se reducirá la carga de subsidios.

En ese sentido, Rojo reiteró que dos de cada tres usuarios del AMBA pagan entre 7% y 8% del costo de la electricidad, “la cobertura más baja de la historia”. Ese universo abarca dentro del actual esquema de segmentación a los N2 y N3, porque los N1 ahora volvieron a pagar pleno.

Además, Energía planea introducir un nuevo esquema que desde mayo reemplazará la segmentación vigente, centrando los subsidios en aquellos hogares cuyo gasto energético, establecido en una canasta básica, supere el 10% de sus ingresos. De esta manera, el apoyo estatal se enfocaría en el monto que exceda dicho porcentaje y tendrá en cuenta las particularidades de cada zona bioclimática.

De todos modos, la asignación será más restrictiva que la actual en busca de ajustar en 0,5 puntos del PBI las subvenciones este año. El consumo subsidiado no será de hasta 400 kWh como hasta ahora, mientras que quienes tengan un auto o una moto de menos de cinco años de antigüedad. Antes ese umbral era de tres años.

El norte del Gobierno continúa centrado en la necesidad de recortar el gasto en subsidios. Para el año 2023, el volumen de estas erogaciones alcanzó el 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB), contribuyendo el sector energético con 1,6 puntos porcentuales, lo que representa aproximadamente 9.683 millones de dólares, de acuerdo a estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la consultora Economía & Energía. Se ha establecido como objetivo para el año 2024 reducir estos subsidios a un 1,3% del PIB en términos generales, y a un 1,1% específicamente en el ámbito energético.

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