CRISIS EN LA EDUCACIÓN: CON MILEI, LOS DOCENTES DEBEN TRABAJAR MÁS DE UNA JORNADA COMPLETA PARA CUBRIR LA CANASTA BÁSICA

El multitrabajo, tendencia habitual en el sector, se transformó en una obligación: los profesionales necesitan dos o más escuelas, o bien realizar una jornada completa, para no caer por debajo de la línea de pobreza, sin contar las horas no pagas que involucran contención de los alumnos y tareas que se completan en la casa.

En medio de una crisis inflacionaria que los salarios aún no pueden revertir, la situación de los docentes es alarmante: cada vez son más los que deben trabajar en dos o más escuelas para alcanzar la canasta básica o bien concursar para conseguir una jornada completa y no caer por debajo de la línea de pobreza.

El dato se desprende de un informe del Instituto Marina Vilte publicado junto con CTERA en base a datos del Ministerio de Economía, el cual da cuenta del desplome del poder adquisitivo del sector durante 2024. En marzo de este año, en el marco de una caída general del salario real, los trabajadores de la educación percibieron un sueldo un 35% menor que el que percibían en el año 2015, casi 10 años atrás.

El análisis también informa que se ha perdido un 27,3% de poder adquisitivo, desde septiembre de 2023 al mes de junio 2024, considerando los valores oficiales publicados por INDEC y el Ministerio de Educación, y el relevamiento realizado por CTERA para el mes de junio de 2024, para el cargo maestro de grado con 10 años de antigüedad. Para este caso, se consideró el promedio ponderado nacional, por la cantidad de cargos de cada jurisdicción.

En la misma línea, el INDEC informó que, en junio, una familia tipo necesitó casi $900.000 para cubrir la canasta básica y no ser pobre o indigente. Este dato obliga a los docentes a caer en el multitrabajo, una práctica habitual del sector, pero que ahora se transformó en una obligación para poder vivir: el sueldo de un profesor que trabaja jornada simple oscila entre los $600.000 y los $850.000, dependiendo de la antigüedad.

Sobre ello, Matías Kiejzik, vocal del consejo directivo de Ademys (Asociación Docentes de Educación Media y Superior), comentó a C5N: “Para llegar a estar por encima de la canasta o empatarle, un docente necesita trabajar jornada completa o jornada simple, 8 o 9 horas por día. Además, la jornada simple también equivale a lo que llamamos cargo testigo, que implica que el docente se lleve a su casa actividades para seguir planificando y el resto de las cosas, como la corrección, planificación de actos y demás“.

Kiejzik también puso el ojo en la sobrecarga que implica la jornada completa, que también se superpone con otras actividades como la capacitación, que es fundamental y obligatoria para el concurso de los cargos. “Se trata de una tendencia que va más allá de lo nacional, hoy en día es un trabajado explotado en el que se tiene cada vez menos derechos laborales”, opinó.

En ese sentido, agregó: “Lo de la pluralidad del empleo es una locura, porque van de una escuela a la otra con poco tiempo entre cada una y muchas veces sin comer porque el sistema no lo permite“.

A todo este escenario se le suma lo que es el denominado “trabajo invisible”, todas esas actividades que están relacionadas con lo laboral, pero que no se hacen en la escuela: “Eso a veces toma 3 o 4 horas diarias, depende del grado que tengas. Son todas tareas que hacen los docentes fuera del horario laboral y pago”. Asimismo, remarcó que “el 80% de la planta docente son mujeres, que son sostén de hogar y familia, por lo que creo que es fundamental que el cargo de jornada simple llegue a cubrir la canasta básica”.

Esto lleva a una pregunta que pareciera ser retórica: en medio de este panorama alarmante para los educadores y en un cambio de paradigma pensando en las nuevas generaciones: ¿cómo se hace para mejorar la educación? ¿Dónde arranca la punta del ovillo?

Según el dirigente gremial, todo tiene que ver con el presupuesto, el cual según él “debería ser incrementado para financiar la capacitación, mejorar la infraestructura, y también para ampliar y sostener los sistemas públicos. No se crean escuelas en distritos hace un montón de tiempo. Se necesita más inversión y lo que se está haciendo es lo contrario, que es realizar más ajuste”.

Esto lleva a revisar la situación presupuestaria en su totalidad: de acuerdo con el informe de CTERA y teniendo en cuenta el objetivo del Gobierno de achicar el déficit fiscal, el gasto público se redujo en un 22,7%, alcanzando una licuación del 41,6% al Ministerio de Educación y Cultura. A la vez, hay que considerar que el presupuesto se encuentra desactualizado y por debajo de la inflación, una batalla que todavía no es posible de ganar.

Al igual que sucede con el presupuesto para las universidades, el desfinanciamiento en educación deviene en un dato que es sumamente desalentador: desde CTERA alertan porque la inversión de este año, al prorrogarse el presupuesto 2023, caiga a su mínimo histórico en un valor de 0,88% del PBI “a menos de que se modifique la política de ajuste en marcha”.

Sobrecarga laboral: una constante entre los docentes

A diferencia de muchos empleos que comienzan y terminan con el horario de entrada y salida, ser docente implica mucho más, por eso es muy común escuchar que los maestros y las maestras eligen su camino por vocación.

Ser docente no solo está atado a los procesos de aprendizaje de los alumnos, sino que la escuela como institución tiene cada vez más responsabilidades sobre ellos. La escuela, históricamente, se constituyó como un espacio en el que los chicos y las chicas sociabilizan, se relacionan y, como seres humanos, deben forjar su carácter y afrontar problemáticas.

Los docentes forman vínculos con sus alumnos a partir de escucharlos, conocerlos, y formar parte de su vida por fuera de lo que implica lo educativo.

Ante ello, los docentes no solo ponen el cuerpo, sino que, además de cumplir con las horas de clase, también se comprometen con las actividades adjuntas a las que se suceden dentro del aula, como lo son la planificación y la corrección y elaboración de actividades y evaluaciones.

C5N dialogó con 10 docentes que trabajan en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, quienes dieron detalles de su realidad económica:

  • La mitad trabaja en jornada completa
  • La otra mitad reparte su día entre 2 y 3 trabajos (que varían entre escuelas públicas y privadas)
  • Contemplando el traslado de ida y vuelta, cuatro pasan al menos 10 horas fuera de su casa sin contar los deberes extraescolares.
  • La planificación, corrección y otras tareas demanda desde dos horas diarias en adelante según la época del año y el grado en el que trabajan.
  • Tres de ellos reconocen no poder capacitarse por falta de tiempo.
  • Quienes sí se capacitan lo hacen a través de distintas vías: autodidacta, carreras universitarias o la escuela de maestros.
  • En cuanto a la carga horaria de la capacitación, la mayoría admite poder hacerlo solamente 1 hora por semana o de forma esporádica.
  • Sobre los sueldos, 9 de 10 están por encima del millón de pesos (considerando que trabajan en jornada completa o dos jornadas).

Además

Leave a Comment





Relacionados

Top 5 en visitas